
15 Dic COVID-19… Unidos siempre pudimos.
En esta época, en que desayunamos, almorzamos y cenamos información del COVID-19, quiero escribir estas lineas para alcanzar algunos datos reales y actuales sobre este virus y las lecciones que nos dejará.
¿Por qué nos asusta?.
Este virus es “Rápido y Furioso”. Tiene una tasa de contagio altísima y de muy alta velocidad, a diferencia de muchos de otros virus que pulularon y pululan en nuestro medio en este mismo momento. Entonces, ¿qué sucede?, un virus cualquiera, cuyos estragos suceden a lo largo de 1 año (por ejemplo), pasa desapercibido. Pero si esos estragos suceden en 3 o 4 semanas… ¡asusta!. Más aún si eso nos lleva a tomar medidas tan drásticas como entrar en una cuarentena forzada y darle un vuelco revolucionario a nuestras vidas.
Nos asusta la sobrecarga de información, que a muchos lleva a pensar que si les da el coronavirus… es casi casi como una condena a muerte segura. De ninguna manera quiero minimizar el asunto. Si, muy lamentablemente hay y habrán fallecidos, pero también habrán quienes se curarán!. Las estadísticas, a nivel mundial, indican una tasa de supervicencia del 99.2%.
Investigué al respecto, y resultó que es un problema del que se sufre en muchos países. Por ejemplo, este acné de mascarilla lo han denominado “maskné” en Estados Unidos y es un tema muy consultado por las personas.
Nos asusta no saber qué pasará. Cómo volveremos a nuestras rutinas, si nuestro trabajo estará ahí, si nuestra economía familiar podrá recuperarse… En fin. Tenemos miedo al futuro económico desconocido. ¿Y cómo no estar asustado?.
¿Qué lecciones nos dejará?
“Toda gran crisis, conlleva una gran oportunidad”, lo deben haber escuchado muchas veces. Y, a veces uno dice “¿están locos!…qué oportunidad puede salir de una situación como esta?”, pues si, hay oportunidades. Tenemos que darnos permiso para verlas.
Por ejemplo, el haber aprendido a lavarnos las manos correctamente, ayudará a reducir muchas otras enfermedades respiratorias, gastrointestinales, cutáneas, etc. Esto conlleva a una mejor capacidad de atención en los servicios de salud pública y, sin lugar a dudas, mayor bienestar en la población.
Otro ejemplo, la revolución (subrayado) en la forma de trabajar y de estudiar. La necesidad de mantener nuestros trabajos, nuestras comunicaciones y nuestra educación nos ha llevado a re-pensar cómo lograrlo. Sólo la educación a distancia mejor pensada (en relación a cómo era antes) es un gran beneficio para miles de estudiantes en etapa escolar que ahora tienen acceso al tele-colegio (vía radio, TV e internet), sin tener que trasladarse físicamente a algún salón de clases, muchas veces improvisado y poco seguro.
Unidos siempre pudimos
Esta no es la primera ni la última vez que tengamos que afrontar una situación colectiva retadora y crítica. Una situación que nos lleva a re-pensar nuestra forma de vida y lo expuestos que estamos a situaciones que no podemos controlar. SIN EMBARGO, siempre pudimos salir.
Los peruanos tenemos muchos defectos, pero ciertamente tenemos una virtud, SIEMPRE supimos salir de las malas épocas. Y esta no será una excepción. Así como llegó el COVID-19, también se irá, y volveremos a nuestras nuevas vidas. Digo “nuevas”, por que no cabe duda que no será igual que antes de esta pandemia.
Finalmente, más que la responsabilidad, tenemos el DEBER de sacar lo mejor de este difícil momento. Enseñarles a nuestros hijos que la unión hace la fuerza y que juntos vamos a poder lograrlo. Aprender algo nuevo, retomar ese proyecto que dejó abandonado por “falta de tiempo”, ordenar ese clóset que se lo pide a gritos o, simplemente a cocinar para la casa. Mantegámonos ocupados y la mente se mantendrá sana.
Paciencia y buen humor. Hasta dentro de poco!.
Dr. Roni Luna